viernes, 19 de noviembre de 2010

Quince.

Podía haberme vuelto loca con aquel beso, aquello era perfecto. Él era perfecto.
"No te desvíes Bárbara" me recordé a mi misma.
Pero es que lo sentía en mí, mucho más que en mi cabeza, en mi cuerpo, en mis labios... Lo sentía en mi alma, si, aquello de lo que siempre andaba burlándome... Lo sentía tan... hubiera deseado con todo mi ser no separarme pero estaba dejándome llevar demasiado, aquello no era bueno para mi.
Nos separamos, poco a poco. Levanté los ojos y le miré todavía ida de mi, él estaba embobado.
- ¿Volvemos? ––pregunté mirando atrás.
- ¿Lo has sentido? ––preguntó ido de si mismo.
- ¿Qué? ––hice cómo la que no se había enterado de nada sonriéndole.
- Nada, imaginaciones mías ––hubiera deseado haberle respondido un "ha sido perfecto" o "me he sentido tan... cómo tú." Pero no podía, no debía dejarme llevar de aquella manera. Aquello se me estaba yendo de las manos y no podía seguir así. O me controlaba más o debía dejar el tema Bieber.
Me dí la vuelta y comencé a caminar de vuelta, me siguió en silencio. 
¿Alguna vez has sentido esa impotencia de querer algo a más no poder y saber que no debes? Estaba rabiando por darme la vuelta y dejar de ser cómo era, estaba deseando formar parte de él, dejarme llevar por los impulsos... Dejar de ser yo.
Entramos de nuevo al local, todos gritaron.
- Auch, me dejarán sorda ––me quejé llevándome las manos a la cabeza.
- ¡Qué bonito es el amor! ––gritó Caitilin demasiado emocionada.
- Crecen tan rápido... ––se burlo Christian.
- Algunos se quedan en la mentalidad de preescolar ––contraataqué yo.
- O en la altura de los pre-adolescentes ––rió Alice.
Pensé en que debía de estar ocultando sus sentimientos, yo me había ido a solas con el chico por el que ella andaba detrás, pero con el tiempo comprobé que no era así, que ella no sabía fingir tan bien.
Bieber no me quitó ojo de encima en la media hora siguiente aunque siempre estaba hablando con Chaz.
Trajeron bebidas y esta vez si bebí, empecé a beber hasta que quedé fuera de mí. No recuerdo exactamente como me sentía, era la primera vez que bebía más de lo normal, siempre me había bebido una y de ahí no pasaba, esta vez me pasé tanto que terminé cantando en el karaoke una canción que ni recuerdo si la elegí yo o no.
Solo recuerdo que Bieber me miró más detenidamente como si todo tuviera razón para él, y en realidad lo tenía aunque ni siquiera lo vi yo por entonces.
~ Al igual que mi corazón caerá, mi mente se desvía lejos y no puedo controlar el dolor. 
Las palabras están rondando en mi cabeza, no sé porque me estoy conteniendo. Debería decirte como me siento...
No quiero actuar como una tonta, no quiero parecer confundida... ~
Si, podéis imaginarme cantándola. Y si, lo hice con todas mis fuerzas, lo hice con el interior... Borracha como estaba no me manejaba y aquello no era más que seguir perdiendo puntos en el caso Bieber. 
Recuerdo como terminé la canción motivada y miré a mi alrededor, todos los que habían estado pasando de los friquis que cogían el karaoke me miraban, me admiraba. 
La gente aplaudía y yo estaba cada vez más aturdida,  desorientada, perpleja, asombrada, pasmada, abochornada, alelado, avergonzada, confundida, desconcertada... 
La sangre no me llegaba a la cabeza y terminé sin saber cómo, en brazos de Bieber, que me sostenía con total sencillez.
Apoyé la cabeza en su hombro y cerré los ojos con fuerza, intentado olvidarme de que todo era por mi falta de insuficiencia.
- ¿Te sientes mejor ahora? ––abrí los ojos, estaba en la limusina, pero no se escuchaba más que su respiración acompañando a la mía.
- Podría estar en perfectas condiciones si no fuera tan carente de control ––respondí suspirando.
- Esta bien dejarse llevar de vez en cuando ––repuso él.
- Siempre que no te desboques ––añadí.
- Si, bueno... Pero por una vez, no se cuenta ––no me llevó la contraria.
- Quizás no sea la primera vez. 
- Tienes la personalidad de no cometer dos veces el mismo error.
Me quedé callada, había atinado, acertado completamente conmigo. ¿Qué podía decirle si era verdad?
- ¿Sabes? Tu hermana debería hacer un dúo contigo, tienes una voz genial... O quizás yo debiera hacerlo. 

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