lunes, 22 de noviembre de 2010

Dieciséis.

¿A quién se le ocurriría decir tremenda estupidez si no es a un enamorado? Justin Bieber estaba claro que no pensaba con la cabeza, o en aquel momento fue lo que yo me imaginé.
- ¿Estás loco? ––le pregunté con ironía, si andaba demente estaba claro que no lo podría aceptar, era algo obvio.
- Tienes una voz intensa, si hubiera más motivación sería perfecta, yo puedo ayudarte ––explicó. Si, me reí en su cara.
Yo tenía en mente algo muy claro; estaba hecha para ser conocida por todos, para que quisieran ser yo. Pero lo ganaría como mi madre me había educado, para lo que yo estaba hecha; yo haría que otro cometiera los errores que un día hicieron a mi madre quedar en la nada. Yo enamoraría a Bieber y me ganaría mi historia.
- La verdad, no me interesa. No quiero cantar, no es lo mío ––me "expliqué", con media sonrisa quedaba más creíble.
- Eres perfecta para esto, te viene de talla única; imagínate, conmigo, en un escenario, miles de personas gritando,llorando, cantando lo que tú cantas, que todas quieran parecerse a ti, o estar en tu lugar, cumpliendo un sueño.
- Ese es el problema, no es mi sueño.
- ¿Por qué no lo es?
- No sé, no me gusta.
- ¿Y porqué no te gusta?
- No quiero tener una vida como la tuya.
- ¿Qué tiene de malo?
- He leído que tienes miles de seguidores, también tienes miles de antis-Bieber.
- Ellos no importan.
- A mi si me importarían.
- Tú eres distinta.
- ¿Qué te hace pensar que lo soy? ––Bieber calló.
Dí por sentado que había acabado con la disputa, pero me equivoqué.
- Tus ojos ––respondió, se acercó mucho más a mi, mi cuerpo vibró.
- ¿Qué les pasa?
- Ellos brillan con una luz única, cuando los miro, sé que el universo esta dentro de ellos.
- ¿Cómo va a haber un universo dentro de unos ojos?
- Porque tu cuerpo es una galaxia, y en tus ojos se refleja tu corazón, tu ser... todo eso forma parte de un universo precioso, en el que me encantaría perderme, a mi, y a miles de personas más.
- ¿De verdad no te das cuenta de las burradas que sueltas cada vez que hablas? 
- No son tonterías, te habló con el corazón, con lo que sé que ahí en ti.
- Son cosas de crío.
- Seré un crío entonces, pero te aseguro que todos quisieran ser yo ahora mismo.
- ¿Por qué?... ¿Por la fama, el dinero o las miles de adolescentes que te aman?
- Porque estoy a tu lado, te puedo ver de cerca ––dijo acercando su rostro al mío––. Porque puedo sentirte ––tomó mi mano y la acarició con la yema de sus dedos. 
- Miles de chicas quisieran estar en mi lugar.
- ¿Qué tienes tú que no tengan ellas?
- A Justin Bieber diciéndome cosas sin sentido en una limusina.
- Justin Bieber te dice que a partir de ahora hará hasta lo imposible para que le creas cuando te habla.
- No hay nada imposible.
- Me gusta tu confianza.
- Gracias.
La cabeza, que antes solo solía darme vueltas ahora solo sabía repetirme palabras de Justin Bieber.
- ¿En qué piensas? ––preguntó tras largos minutos de silencio.
- En qué no sé que hago aquí ––respondí mirándole, se mordió la lengua.
- No sabía si llevarte a casa o no con esa borrachera, ahora mismo estamos en el hotel donde se supone que me hospedo ––repuso sonriendo.
- ¿Dónde te alojas realmente? ––pregunté intrigada.
- En casa de Ryan, pero vengo mucho por aquí, ya que se supone que estoy haciendo cosas importantes, de las que los términos correctos no recuerdo.
- ¿Verdaderamente haces algo? 
- Usher o Scott me llaman a menudo para firmas, aunque hoy en todo el día he recibido algo de ellos.
- ¿Un descanso?
- Supongo, ellos también andan liados. Cómo últimamente Scooter está tan ocupado preparando la gira se ha desentendido un poco del tema.
- Interesante.
- Oh yeah, es hasta divertido ––sus manos se juntaron con las mías.
- ¿Puedo preguntarte algo? ––me mordí el labio dándome un toque distinto, Bieber se lamió el labio inferior.
- Adelante ––respondió.
- ¿Por qué no Jasmine o Alice? ––pregunté.
- ¿Qué pasa con ellas?
- ¿Por qué yo? ––¿por qué le preguntaba eso? Eso no era lo que le iba a preguntar, yo sabía la respuesta, había estado planeando tenerlo desde el principio. ¿Por qué no le había preguntado cuánto tiempo se quedaría?. ¿Acaso tenía miedo a que me dijera un día determinado y aquel día fuera demasiado pronto?
- Eres intigrante, sé que sabes mucho pero te desvías y me confundes. Me gusta la forma en la que haces las cosas, pero sé que eres más reservada de lo que aparentas. Sé que eres lista, sé que sabes lo que quieres... Aún así, yo también sé que es lo que quiero.
- ¿Y qué es lo que quieres?

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