martes, 23 de noviembre de 2010

Diecisiete.

- Lo quiero todo, te quiero enseñar, quiero aprender, quiero que tú sientas lo que yo sentí. ¿Táctica de juego? Sé como jugar al tuyo... ¿pero sabes tú cómo jugar al mío? ––Creer o no creer... Yo pensé que era fácil, pero el resultado no fue el esperado.
- ¿Qué tiene de complicado?
- ¿Podrías vivir sin mi?
- Antes lo hacía.
- Antes no me conocías.
- ¿Tú podrías vivir sin mi?
- No.
- Oh, vamos, que ridiculez, será mejor que dejemos de intercambiar estupideces, esto no nos lleva a ninguna parte.
- ¿Te he desviado? ––no podía ser que él también supiera, era imposible.
- Para nada.
- ¿Entonces?
- No tenía nada planeado.
- ¿Estás segura?
- ¿Qué sabes tú de mi, Justin?
- Sé que tu padre os abandonó, a tu madre y a ti, por tanto sientes cierto rencor a Jasmine, ya qué su madre se va a casar con tu padre ahora. Quieres hacerle daño conmigo, pero yo te gusto a pesar de que tu propósito no es enamorarte de mí, y yo haré todo lo posible para que mi propósito se cumpla.
- Interesante... pero, ¿cuál es tu propósito?
- Tú para mi, y yo para ti.
- ¿Pretendes enamorarme? ––Rompí a reír.
- Ya comencé a hacerlo.
- No me veo enamorada.
- Yo si que te veo.
- ¿Te crees que caería en una trampa tan ridícula?
- Tienes una mente maestra, pero un corazón ingenuo.
~~ Quiero que me ames, como si yo fuera una chica sexy. Sigue pensando en mí, haciendo lo que te gusta ~~ Mi móvil comenzó a sonar pero no sabía en donde encontrarlo.
- ¿Si? ––A la vez que Justin contestó el móvil dejó de sonar, observé como hablaba con mi celular en su mano.
- ¿Qué haces con mi móvil? ––le pregunté en un susurro, me mando a callar con el dedo y un "shhh".
- Jasmine, ¿porqué no buscas a tu padre y me lo pasas? Debo de hablar con él ––Justin me sonrió enseñándome unos dientes perfectos–– Snr.Swaith, Bárbara y yo hemos estado toda la tarde en el hotel hablando de distintos temas y se ha quedado dormida en mi sofá, la llevaría a su casa pero pensé en que si no le importaría que se quedará hoy aquí y ya mañana la llevará a su casa, es muy tarde para despertarla.
Tragué saliva, ¿Austin me dejaría?
- Claro, mañana la llevaré, sana y salva señor ––Justin despegó mi móvil de su oreja y me lo entregó.
- ¿Qué ha pasado? ––le pregunté rotando los ojos de él a mi móvil y viceversa.
- Cómo estabas, como estabas, pensé en que cuando llamará tu padre le soltaría algo de que te habías quedado frita y me daba lástima despertarte... De nada ––sonrió.
- No te he pedido que lo hicieras.
- A salido solo de mí.
- Genial ––miré a fuera por la ventanilla, no se veía el cielo.
- Será mejor que entremos, el chofer no tiene que tener ganas de pegarse todo el día en la limusina sin hacer nada, teniendo una cama calentita ––Bieber abrió la puerta y salió, me ofreció una mano para salir con él. La cogí y salí, resbalé pero no llegué a caer, él me sujetó.
- Gracias ––me deshice de su agarre y caminé hasta la entrada. Bieber habló con el chofer y se acercó a mí.
- Será mejor que me sigas pequeña.
- Deja de decirme pequeña, ni siquiera sabes que edad tengo.
- Dieciséis.
- Da igual, llévame ya al interior, aquí hace demasiado frío.
Bieber rió y caminó, el portero nos abrió la puerta.
Just fue a recepción y yo me quedé esperándole a cinco pasos de distancia.
No podía parar de recordar la conversación, sabía que era manipuladora y aún no había huido de mi.
- Tendrás que dormir en mi habitación, no hay nada más disponible ––anunció mientras volvía a caminar, entramos al ascensor y el silencio se prolongo.
Entramos en su habitación, ni siquiera me fijé en la planta, o en el número de ella. No aparté la vista de las manos de Bieber en todo el recorrido, intentaba mantener la mente en blanco, pero tenía la misma pregunta rondándome por ella.
- Si sabes como soy, ¿porqué sigues empeñado en conseguirme? ––le pregunté una vez que no pude más.
- No sé... Si fuera listo me apartaría de ti, pero no lo soy ––respondió encogiéndose de hombros.
- ¿Eres muy testaduro?
- Cuando aparece alguien en tu vida con un propósito en el que tú tienes que ver, terminas proponiéndote un plan con esa persona, quieras o no.
- ¿Qué quieres exactamente de mi Justin?
- Lo quiero todo de tí, quiero saber cómo tú sabes.
- ¿Qué crees que sé yo?
- No lo sé, pero me intrigas.
Me senté en la cama y le miré calculando, horas y días que llevaba en Nueva York, apenas tres, cuatro... Y me parecían una eternidad.
- ¿Qué sientes tú cuándo yo me acerco de esta manera? ––Bieber se puso a dos centímetros de mí y me agarró las manos.
- Siento como la adrenalina se agolpa por mi cuerpo, como fluye por toda mi sangre.
- ¿Algo más?
- Siento muchas cosas, ¿qué sientes tú?
- Que te dejas llevar, y que me gusta que lo hagas.
- ¿Algo más?

No hay comentarios:

Publicar un comentario