domingo, 14 de noviembre de 2010

Trece.

¿La primera impresión que me dió Alice?
Imaginarla, era la típica diosa pija; una chica delgada, sería de un metro sesenta, rubia platino con un flequillo recto como el mío pero que a ella le quedaba deslumbrante. Tenía el pelo totalmente liso, era perfecta.
Me fijé en sus ojos cuando se sentó a mi lado y Cait cerró la puerta de la limusina.
Tenía unos ojos oscuros, eran casi negros. Perfectos, todo en aquella chica era hermoso. 
Me dí cuenta de que todos me miraban curiosos, no podía dejar de contemplar a mi enemiga por efecto natural. ¿Qué podía ser sino? Ella iva detrás de mi objetivo. Era algo totalmente enigmático para mí, pero ardía en deseos de pelearme con ella, de tirarle de los pelos y mandarlas bien lejos. Si, estaba bastante claro que venía de la jungla. Era una salvaje.
- Alice, te presento a Bárbara. Es la hermanastra de Jasmine ––nos presentó Caitilin interrumpiendo el silencio. Alice se acercó más a mi y me dió dos besos, le sonreí.
- Hola ––saludó Alice mirando a todo el grupo que se sentaba frente a nosotras; Ryan, Chaz, Christian y Justin.
- ¡Esa Alice! ––saludó Chaz, todos comenzaron a reír, no le encontré lo divertido.
Alice y Justin intercambiaron una mirada entre el jaleo, algo se encendió dentro de mí. Si, estaban hablándose con la mirada, tenía que interrumpir esas miradas concluyó mi mente.
- ¿Adónde vamos ahora? ––pregunté instantaneamente, todos me miraron. Le sonreí a Bieber que me devolvió la sonrisa.
- ¿Dónde quieres ir tú? ––me preguntó Alice, volvieron la vista a ella.
- No conozco esto... ¿porqué no me sugieres algún sitio Bieber? ––volvieron a mirarme y se quedaron en mi, aquello me dio por satisfecha. Si, muchas opinaran lo peor de mí, pero nadie más que yo había sido educada para esto; me encantaba que la gente me mirará a mi, me encantaba ser el centro de atención. Hacía muchos años ya que no conseguía algo, cualquier cosa que me propusiera la ganaba.
- Podríamos ir a un billar ––propuso Bieber.
- ¿A un billar? Que cosa tan... corriente ––se quejó Cait. Quedó en aquel momento bastante claro que a Cait le gustaba pasar el rato derrochando dinero, dinero que le sobraba y que a muchas personas les faltaban.
- A mi me parece estupendo ir a un billar, hace bastante que no vamos por diversión ––apoyó Christian la idea de Just. Cait suspiró.
- Yo no sé jugar al billar ––repuso Alice.
- Yo te enseñaré ––Chaz le sonrió, ella le devolvió la sonrisa.
- Pues a mi se me da genial ––restregué lo buena que era, todos rieron.
- Mejor que yo no eres, eso seguro ––Just quería picarme, y si, lo consiguió con aquella facilidad.
- Te supero en esto y en muchas cosas más ––puse los ojos en blanco y le miré, él reía. 
- No te creas ––dijo él.
- Ya verás ––era como si solo estuviéramos él y yo hablando. Sabía que todos nos miraban, pero no me importaba tanto como que él lo hiciera.
- No te piques pequeña ––vaciló y rió.
- Lo siento gigante, pero solo intento hacerte ver la realidad antes de que te decepciones ––Ryan comenzó a abuchear.
- Te ha dado fuerte ––dijo Chaz.
- Oh yeah hermano, ahí se ha quedado la cosa ––colaboró Christian.
- Uno a cero para Bárbara ––marcó Cait. Bieber no apartaba la mirada de mí, y yo, aunque quisiera, no podía. Era algo magnético; tenía que mantener el contacto visual con él.
- ¿Adónde les llevo? ––se escuchó el telefonillo de la limusina. Bieber se dio la vuelta y lo descolgó.
- A el estacionamiento popular de la term, Max ––respondió Justin.
- En diez minutos habremos llegado ––contestó.
Todos quedamos riéndonos sin más, nadie había hablado pero el ambiente era amigable.
- ¿Cuánto tiempo te quedarás? ––me preguntó Alice, dejamos de reír.
- No sé, todo se sabrá mejor cuando haya un juicio ––respondí.
- ¿Crees en tu madre? ––me preguntó Chaz.
- Sé que no es culpable ––estaba segura de ello.
- ¿Quieres quedarte bastante tiempo por aquí? ––preguntó Bieber.
- Si, me gusta esto ––le sonreí, se mordió el labio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario