viernes, 29 de octubre de 2010

Seis.

Mientras Jasmine me tocaba el pelo yo me quejaba, no sabía que quería hacerme y aquello me resultaba fatigante. A mi me habían enseñado mucho, es cierto, pero mi madre no me enseñó que tendría que aguantar que manosearan mi pelo continuamente.
- Perfecta ––dijo al fin Jasmine, no me lo podía creer, ¿de verdad ya había terminado? Me alegré tanto de que fuera verdad que una sonrisa apareció por mi rostro. Llevaba una semana seria, las risas no me salían con la misma proyección ahora que sabía que ella no estaba para ayudarme, que me quedaba un largo camino por recorrer antes de volver a verla.
- Genial ––canturreé levantándome del sillón. Salí precipitadamente a la puerta, si algo quería hacer era ir a esa entrega de premios, estaba deseando ver a los famosos, codearme con gente de mundo, que sabían y que tenían que ser interesantes.
- Espera, espera ––me detuvo Jasmine, me giré para hacerle frente–– Ven, mírate ––susurró tendiéndome su mano.
Dudé varios segundos al lado de la puerta, pero una sonrisa bastó para que me acercará a ella, me tapó los ojos cuando estuve a su lado y me giró.
- Una, dos...
- Tres ––terminé de contar, apartó las manos de mis ojos. Miré el reflejo del espejo, no podía reconocerme...

¿Dónde estaba yo?, la chica simple que yo siempre había sido.
- ¿Qué es esto? ––pregunté decepcionada conmigo misma, ¿podía una persona cambiar tan deprisa?, ¿sólo porque tuviera dinero? "No, no. Bárbara tú eres tú, esto no te puede cambiar, esto un día acabará".

- ¿No te gusta el peinado? ––preguntó Jasmine bajando la mirada.
- No, me encanta Jasmine, gracias de verdad ––respondí. Era cierto, los tirabuzones que caían eran hermosos, pero yo no me reconocía, aún así era yo misma, estaba claro.
- Pues bajemos ––musitó alegremente, me cogió de la mano y me arrastró hasta una limusina blanca, el chóffer arrancó.
El camino lo pasé en silencio, pero mi interior no estaba callado. Combatía con la razón y otra voz, la de mi corazón, una voz con la que nunca había tenido que discutir nunca antes.
Sabía que tenía que ir a por Justin Bieber, tenía que conseguirlo, mi mente decía "tiene poder, es conocido, no tiene nada de malo"; mi corazón le seguía "tiene una voz dulce, sus ojos brillan, es hermoso"; pero también pensé en Jasmine, ella era mi hermana, ella iba tras él, pero él no iba tras ella... ¿Sería yo la que los separé del todo, la tendría que echar, la quitaría de en medio?
El auto paró y bajamos, nada más bajar el primer pie y mirar, miles de flashers me dejaron sin visión por segundos, segundos en los que tenía que andar a ciegas, segundos en los que no sabía nada.
Jasmine hablaba, pero no la escuchaba, su mano estrujó la mía con firmeza y dejé que ella me guiará.



- Mira, aquella es Beyoncé, ¿te suena? ––preguntó, llevábamos como media hora aprendiéndome los nombres de los famosos, aprendiendo quién había conseguido más premios, qué clase de canciones cantaban, quién era la pareja de quién, con quién debía y no debía de hablar, etc...
- No, la verdad es que no me suena ––respondí, la mayoría de las veces contestaba lo mismo.
- Hey, Bárbara, Jasmine... ¿cómo estáis? ––Chris apareció de la nada y se sentó en uno de los sillones continuos a los de Jasmine.
- ¡Chris! ––le saludó Jasmine con una sonrisa de oreja a oreja–– muy bien, mírala... ¿a qué está preciosa? ––preguntó ella, sabía que quería que me sonrojará por lo que simplemente lo hice.
Chris me miró detenidamente, me pareció ver una nota de interés en sus ojos, pero subió los ojos por encima de mis hombros.
- Chaz, ¿y Just? ––preguntó, me volví para ver al chico que acababa de llegar y estaba de pie tras de mi. Tenía el pelo como sus amigos, al estilo skeater creo que le decían, su pelo era castaño oscuro,  sus ojos marrones chocolate, sus labios eran carnosos, era más alto que los otros dos que había "conocido" la noche anterior. Sonreía sin apartar la vista de mi, Chris se aclaró la garganta y el chico reaccionó;
- Ahora viene, ha tenido problemillas con tu madre Chris, deberías llamarla más a menudo cuando viajamos ––explicó Chaz, Jasmine rió por lo bajo.
- Venga Chris, no me has dicho si está bonita o no ––volvió al mismo tema Jasmine, todos concentraron su mente en mi, les sonreí y miré al suelo "avergonzada". Si, era una treta.
- Esta muy bella... ––respondió Chris mirando a Chaz, los tres comenzaron a reír con fuerza.
- Gracias Chris ––le agradecí.
- ¿Sabes cómo me llamo? ––preguntó él perplejo.
- Claro, le estoy enseñando algo de la sociedad ––respondió interpretando un leve enfado Jasmine, todos volvieron a reír. Parecía que se reían de mi, pero yo sabía que no era así.
- Bueno, yo me llamo Chaz ––dijo el muchacho que seguía detrás de mi. Genial... podría haberle dicho simplemente "joder, creía que te llamabas Pepa", pero sólo le sonreí y repuse;
- Yo Bárbara.
Chaz se sentó a la izquierda de Christian y se pusieron a hablar entre ellos, Jasmine siguió hablándome de los cotilleos famosos que habían, y yo, le atendí lo mejor que pude; si quería hacerlo todo bien tenía que saber del mundo que me rodearía. Jasmine calló y desvió la mirada, me volví para mirar que podría haberla hecho callar tan brutalmente, Justin Bieber estaba tras de mi, su sonrisa podría haber hecho que cualquiera soltase burradas, pero lo único que hizo en mi fue que mi corazón palpitará alocado, sin frenos...
Su mirada volvió a centrarse en mis ojos, y yo volví a mantenerlos, una especie de conversación dramática comenzó a debatirse en mi interior. "Esto es mucho, busca algo más pequeño, algo que te dé de comer algún día", mi mente fue la última en hablar.
- Hola chicos ––saludó Bieber, Jasmine le sonrió.
- Hey Just ––casi gritaron Chaz y Chris al unísono, Jasmine río suavemente aunque sin ganas.
- Hola Bárbara ––me saludó, la cara se me descompuso. ¡Se sabía mi nombre!
- Hola ––saludé acalorada, mi pulso fue incrementando su velocidad rápidamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario