sábado, 30 de octubre de 2010

Nueve.

Mi padre se marchó a su habitación, me senté en las escaleras y esperé pacientemente a que Bieber bajará.
Repasé mis ideas, visualizando mi futuro.
Tenía dos opciones; ir a por uno de los amigos de Bieber, que tenían medio fama o ir por todo lo alto, ir a por el mismísimo Justin Bieber, todo lo vería más claro en unos días.
Escuché como bajaba, era silencioso.
- ¿Qué?, ¿no te vas a dormir? 
––preguntó cuando estuvo en el escalón de arriba del cual yo me encontraba sentada.

- Preferiría que diéramos una vuelta, ¿te parece? ––respondí. Me levanté y le miré a los ojos, bajo la luz de la entrada parecía más pequeño.
- Si, estará bastante bien volver a las tantas a casa ––repuso sarcástico, sonrió sacándome la lengua.
- Será bastante divertido, te lo aseguro ––bastó una sonrisa traviesa para convencerlo.
- Vayamos ––no hacía falta que le siguiera insistiendo.
Caminé delante de él, abrí la puerta y salí. Bieber me alcanzó, caminamos en paralelo hasta el jardín trasero.
- ¿Nos sentamos? 
––le pregunté, estaba bastante cansada y posiblemente él lo hubiera notado hacía ya tiempo.

- ¿En aquel banco? ––señaló un banco de piedra que había cerca de la reja que separaba "mi casa" de la vecina.
- En el césped mejor ––me dirigí donde había visto anteriormente con Jasmine que tenía más cantidad y me senté. Justin Bieber segundos después se sentó a mi lado, dejando gran espacio entre su cuerpo y el mío.
Miré al cielo, la luna estaba llena y las estrellas brillaban con fuerza.
- ¿Y de qué te apetece hablar? 
––preguntó Bieber, interrumpiendo mi mente en blanco. Vaya, ya no mostraba interés. Pensé con que asaltarle pero no hubo nada que podría haberle llamado la atención en aquel momento.

- No sé, ¿cómo te hiciste famoso? ––ladeé la cabeza y le dediqué una sonrisa mientras le miraba de reojo, sin prestarle toda mi atención.
- ¿Sabes cómo se hizo famosa tu hermana? ––preguntó él.
- Saliendo en tu videoclip, el de baby.
- No, ella ya era conocida por entonces. Jasmine subía videos suyos cantando, mi madre desde que yo tenía once años los subía, me hacía cantar por toda la casa grabándome. Era divertido porque mis videos eran vistos por todo el mundo, a la gente le gustaba mi voz y pedían que siguiera cantando, incluso me inscribí a un concurso. Llamaban a mi madre, a mi colegio... querían meterme en el mundo de la música y Scott lo consiguió, me llevó a Atlanta y tras unos mese trabajando, se interesaron varios artistas por mi, conseguí una entrevista con Usher y le gusté, después de aquello mi vida cambió, dejé para siempre el instituto, mi hogar, me alejé de todo y comencé con mi carrera.
- ¿Mi hermana siguió tu ejemplo?
- Muchas personas lo hacen, algunas consiguen su propósito como tu hermana y otras se quedan en el intento.
- Interesante.
- ¿El qué?
- Tu punto de vista acerca de todo... Creí que era cuestión de suerte.
- También interviene la suerte, todo termina relacionándose.
- ¿Qué más puede servir para querer ser conocido por el mundo?
- Lo que quieras del mundo, yo quería cantar, no pedía nada más. Ser famoso aveces resulta agobiante.
- No le veo el agobio el que todos quieran ser tú, la verdad.
- Falta de intimidad.
- Dinero.
- Interesados.
- El deseo de el sexo opuesto.
- Falta de verdad.
- Te aseguro que hay cosas más buenas que malas en tu vida.
- Posiblemente sea así, pero las cosas malas que hay son suficientes para rendirse. Yo amo mi sueño, por eso sigo aquí a pesar de todo.
- Aunque caigas te seguirás levantando.
- Supongo.
- ¿Y tus falsos amigos... siguen cerca de ti?
- No, ya no admito a gente así en mi vida. Mi madre suele decirme que tengo un concepto muy aplicado sobre las personas, dice que me alejó de todo el que tiene el corazón impuro. Yo la creo.
- ¿Yo soy impura?
Se acercó más a mi y tomó una de mis manos entre las suyas.
- Tienes la alma más hermosa que hay por el alrededor.
- ¿Quitando la tuya?.
- La mía va justo detrás de la tuya.
- Te equivocas entonces.
- Te aseguro que no miento.
- Demos por finalizada la discusión, deseo irme a dormir 
––aparté mi mano con suavidad y me levanté, Bieber se incorporó en medio segundo.

- La acompañaré hasta su hogar pequeña dama ––se puso caballeroso.
- Oh, si por favor no vaya a ser que alguien quiera raptarme ––bromeé.
- Yo la raptaría.
- Yo me escaparía.
- No esté tan segura de ello 
––se abalanzó hasta mi, me tornó en su cuerpo y me tiró al suelo, no amortigüo la caída, sentí el golpe en la espalda.

- Auch ––me quejé, se quitó de inmediato, aunque no servía de nada, sentía el peso de su cuerpo en el mio.
- Se equivocó ––dijo tendiéndome una mano, la cogí y dos segundos después le tiré de ella, cayó al suelo. Me levanté y salí corriendo aunque él me logró alcanzar.
Sus brazos estaban entorno a mi cintura, noté como su corazón latía con fuerza, el mío ya estaba en descontrol.
- ¿Empaté? 
––pregunté, respiré hondo intentando alcanzar una respiración tranquila.

- Por ahora ––respondió.
Bieber me acompañó hasta la puerta de la entrada y se marchó, entré silenciosamente y me acosté en la cama. No recordaba ni el vestido, ni el peinado. Solo me acordé de quitarme los tacones y taparme.
Mientras cerraba los ojos y empezaba a quedarme dormida supe una cosa; Justin Bieber era definitivamente mi nuevo candidato para ser el proyecto de mi vida.

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